El mobbing o acoso laboral se define como la persecución sistemática hacia un trabajador a través de métodos no amparados legalmente y que a menudo menoscaban su dignidad como persona y como trabajador, siendo que la mayoría de las veces el objetivo que persigue el acosador es que el trabajador se agote y acabe tirando la toalla, marchándose así de la empresa.

Normalmente cuando el trabajador que sufre acoso laboral acude a ver al abogado laboralista WWW es porque ya está tan al límite que no soporta seguir siendo sometido a esa campaña de hostigamiento. De hecho, a menudo también, llegado a este punto suele haber cogido la baja laboral por verse inmerso en un cuadro de ansiedad y depresión derivado de este mobbing o acoso laboral.

Así las cosas, la acción legal a ejercitar por parte del trabajador que sufre acoso, a través de su abogado laboralista, consiste en solicitarle al juez que extinga la relación laboral con la indemnización más elevada legalmente prevista, a saber, la misma que para el despido improcedente. Si se han vulnerado derechos fundamentales, y como decíamos, cuando menos a menudo se mancilla el derecho a la dignidad, también se puede solicitar una indemnización adicional llamada a reparar los daños morales por la lesión a estos derechos. Esta indemnización también supone la reparación del daño psicológico y emocional irrogado al trabajador.

Cómo probar el mobbing

Ocurre con bastante frecuencia que el trabajador que sufre acoso laboral no dispone de prueba testifical de cara a un eventual juicio, es decir, no cuenta con compañeros dispuestos A declarar delante del juez y relatar el acoso del que han sido testigos por parte de un superior o del empresario o de quien fuere. Y de ahí que surja la necesidad de obtener otro tipo de pruebas como puede ser un informe pericial de un psicólogo forense o incluso grabar conversaciones en el momento en que el acosador está actuando. Esto último a veces se cree que no constituya una prueba lícita de cara al juicio, pero esto no es cierto es muy largo ya que siempre y cuando el trabajador participe de la conversación, la grabación que se obtenga es una prueba perfectamente válida en un juicio.

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